A pesar de su importancia, millones de mujeres en el mundo tienen problemas de piso pélvico, pero es fácilmente ignorado o normalizados, incluso por profesionales de la salud.
La pelvis es nuestro centro: distribuye las fuerzas del cuerpo, da estabilidad y movilidad. Alberga órganos importantes del aparato digestivo y genital, además de vasos sanguíneos y parte del sistema nervioso.
El piso pélvico es un conjunto de músculos y tejido conectivo, adherido a los huesos y base de tu pelvis. Varios músculos conformar todo el piso pélvico y cada uno tiene distintas funciones. Cuando el piso pélvico se ve afectado, se altera la función de las estructuras que sostiene.
Funciones
Es el encargado de soportar las visceras como la vejiga, el utero y el recto.
Controla el esfínter de la uretra y del ano, conteniendo heces, gases y orina, así como también, permitiendo su paso.
Está encargado de las sensaciones y la propiocepción al momento de la actividad sexual y ayuda con la lubricación.
Ocupa un papel importante durante la salida del bebé puesto que estos músculos le hacen de guía y sostén en el proceso del parto.
Nuestro piso pélvico puede afectarse por situaciones como el estrés, cambios hormonales, cambios en el peso corporal, cirugías ginecológicas/coloproctológicas, embarazos y partos, exceso de carga física laboral, deportes de alto impacto, enfermedades respiratorias y/o estreñimiento. Esto puede generar que se produzcan contracturas, puntos dolorosos, debilidad muscular, asimetrías, entre otros.
Señales de alerta
Evite el auto tratamiento o ignorar sus síntomas. La mejor opción es consultar con un profesional especializado en piso pélvico.